El dolor en las mascotas es un tema que preocupa a cualquier dueño responsable. A diferencia de los humanos, los animales no pueden expresar con palabras lo que sienten, lo que convierte en fundamental conocer los signos que indican malestar. Detectar el dolor a tiempo mejora la calidad de vida de perros y gatos, evitando complicaciones serias.
Entre las señales más frecuentes se encuentran los cambios en el comportamiento. Un perro activo que de repente se muestra apático, duerme más de lo normal o evita el contacto físico puede estar sufriendo. Los gatos, que suelen ser más discretos, tienden a esconderse, acicalarse en exceso o dejar de saltar a lugares elevados cuando sienten molestias.
La postura corporal también es clave: rigidez, cojera, encorvarse o mantener la cola caída son gestos que delatan incomodidad. Otro signo común es la pérdida de apetito o rechazo a jugar. Incluso el gruñido o maullido en situaciones habituales puede indicar dolor.
En la clínica, el veterinario utiliza herramientas específicas para evaluar el dolor, como escalas de comportamiento, exploraciones físicas y pruebas diagnósticas. Es esencial acudir a consulta si notas algo fuera de lo normal. Nunca automediques a tu mascota, ya que algunos medicamentos humanos son tóxicos para ellos.
El tratamiento dependerá del origen: desde analgésicos específicos hasta terapias complementarias como fisioterapia o cambios en la alimentación. El objetivo siempre es mejorar la calidad de vida y prevenir que el dolor se convierta en crónico.
Recordemos: nuestros peludos confían en nosotros para cuidar de su bienestar. Observar con atención y acudir al veterinario a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida con dolor o una vida plena. 🐶🐱💚
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